Tres razones por las que deberías considerar el matrimonio
¿El matrimonio es algo en lo que has pensado en tu relación actual?
En nuestra cultura, donde la cohabitación se ha vuelto algo común, algunas parejas se preguntan por qué deberían molestarse en casarse o se dicen a sí mismos que no necesitan una ceremonia elegante y una gran fiesta para demostrar su amor. Pero el matrimonio es mucho más que una boda y tiene muchos beneficios. Los estudios han demostrado que las personas casadas viven más, tienen relaciones más duraderas, ganan más dinero y experimentan mayor felicidad que las parejas que cohabitan.
Por supuesto, existe la posibilidad de que algunas de estas ventajas se puedan atribuir a otros factores, como un sistema de valores compartido que hace que las personas que tienen más probabilidades de casarse sean las mismas que, por ejemplo, valoran mucho la iglesia o la familia. De modo que no hay garantía de que casarse te haga más exitoso o más saludable. Sin embargo, el matrimonio tiene muchos beneficios directos.
Beneficios financieros y legales
Las personas casadas (tanto hombres como mujeres) generalmente tienen más éxito en sus carreras y tienden a ganar salarios más altos.
Aunque esto pueda parecer una coincidencia, el matrimonio tiene beneficios financieros directos. Los asalariados casados pueden pagar menos impuestos al presentar la declaración de impuestos de forma conjunta. A menudo, los cónyuges pueden estar cubiertos por un plan de seguro familiar, lo que les permite ahorrar dinero en el seguro médico. En muchas empresas, los trabajadores pueden tener derecho a una “licencia familiar” para cuidar a un cónyuge enfermo o a una licencia por duelo por la pérdida de un familiar de un cónyuge. Es posible que los mismos beneficios de licencia remunerada no estén disponibles para las parejas no casadas.
La seguridad social, las cuentas de jubilación y las leyes sobre sucesiones permiten que el cónyuge supérstite reciba beneficios cuando uno de los cónyuges fallezca. (Además, quienes presentan declaraciones de impuestos sobre la renta en forma conjunta pueden contribuir a la cuenta IRA de un cónyuge para crear cuentas de jubilación). Otros beneficios legales incluyen la condición de “pariente más próximo” para decisiones médicas y visitas al hospital, la capacidad de demandar por muerte por negligencia y el privilegio conyugal que puede eximir a un cónyuge de ser obligado a testificar en contra del otro. Algunos de estos beneficios son, por supuesto, cosas que uno espera que nunca entren en juego, pero, sin embargo, las protecciones están ahí.
Beneficios emocionales
El matrimonio es un nivel de compromiso más profundo que la convivencia. Como resultado, los miembros de la pareja se sienten más seguros en una relación matrimonial que en una relación de cohabitación (y con razón, porque estadísticamente los matrimonios tienen muchas más probabilidades de durar que otras relaciones). Los hijos también se sienten más seguros en una estructura familiar con padres casados y prosperan más en todas las áreas. Saber que tienen a alguien con quien compartir toda su vida hace que las personas casadas sean más estables emocionalmente, más capaces de manejar los inevitables altibajos de la vida y menos propensas a sufrir depresión. Tener a alguien que ayude con las dificultades de la vida, que escuche cuando las cosas se ponen difíciles, que celebre los éxitos, que disfrute de la recreación y que simplemente se relaje en el sofá sabiendo que esa misma persona estará ahí para el largo plazo simplemente hace que uno sea más feliz. Numerosos estudios también han indicado que las personas casadas experimentan una mayor intimidad emocional y física.
Beneficios espirituales
Por último, y lo más importante, el matrimonio tiene beneficios espirituales. Para los cristianos, existe un deseo imperioso de conocer a Dios más profundamente y vivir de acuerdo con Su plan para nuestras vidas. El matrimonio es parte del plan de Dios para la familia. En Génesis capítulo 2, Dios creó a la mujer y la trajo al hombre porque “no era bueno que el hombre estuviera solo”. Génesis 2:24 dice: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer”.
En el Nuevo Testamento, Dios usa la imagen del matrimonio como metáfora de la relación entre Cristo y la iglesia, una hermosa imagen de amor sacrificial y sumisión. Dios ordenó el matrimonio. Por lo tanto, honrar el matrimonio honra a Dios. El plan de Dios para las familias y para la intimidad entre un hombre y una mujer está dentro del matrimonio. Cuando nosotros, los creyentes, que hemos aceptado el llamado de Dios en nuestras vidas y nos hemos sometido a Él, conducimos nuestras vidas dentro de los parámetros de Su plan, crecemos en intimidad espiritual con Él.
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